JOAN MARGARIT
En su verso
hospitalario, estaba mi vida
que era la suya. Hoy su exacta sencillez
me habla de otro tiempo. Pasan rostros
de aire y sombra mientras bajo al puerto.
La Rambla luce tonos de un Rembrandt.
Acabados los horizontes, seré uno de ellos.
Cesura y polvo, cuando otros lean sus páginas.
que era la suya. Hoy su exacta sencillez
me habla de otro tiempo. Pasan rostros
de aire y sombra mientras bajo al puerto.
La Rambla luce tonos de un Rembrandt.
Acabados los horizontes, seré uno de ellos.
Cesura y polvo, cuando otros lean sus páginas.
Fotografía: José Aymá.