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EL SILENCIO DE SALVADOR
A simple vista, mudos: quién sabe
cuánto tiempo llevaban allí (1). Sucios
y desordenados, como el odio,
son los huesos de Salvador Adame.
La escena, preparada por el fuego
de Michoacán, es una dura ironía:
los restos silenciosos del periodista
han desatado las palabras del mundo.
CONTACTO: gaston.coba@gmail.com